El Templo del Cielo se refiere globalmente a un complejo de edificios de culto situados en el parque del mismo nombre (天坛公园 Tiāntán gōngyuán), a poca distancia de la Ciudad Prohibida. El complejo fue construido en el año 1420 durante la dinastía Ming, y reconstruido tras un incendio durante la dinastía Qing, a finales del siglo XIX. Fue utilizado por estas dos dinastías para llevar a cabo las ceremonias anuales de oración al Cielo para las buenas cosechas. En 2005 el templo fue enteramente repintado y restaurado en algunos puntos.
Según la tradición china, el cosmos se componía del Cielo y la Tierra, el primero siendo de naturaleza divina. El emperador era considerado el Hijo del Cielo, fuente de su poder, y por ello debía rendirle pleitesía y respeto. Hasta tal punto llegaba esta creencia, que una serie de catástrofes naturales, hambrunas, u otras calamidades podía significar para el pueblo que el emperador había perdido el favor del Cielo, y por tanto ya no gobernaba legítimamente.
Por todo esto, era el mismísimo emperador en persona quien llevaba a cabo los rezos para que las cosechas fuesen abundantes. Dos veces al año, el monarca con todo su séquito salía de la Ciudad Prohibida, atravesaba Beijing, y acampaba en el Templo de Cielo, donde ayunaba y ofrecía sacrificios de animales, alcohol y alimentos. En el solsticio de invierno, se hacían ofrendas al cielo, y en primavera, se oraba por las buenas cosechas. Ningún hombre común podía presenciar las ceremonias, que seguían un orden estricto, hasta el punto que se creía que un pequeño fallo en el orden de los rituales traería mal augurio e incluso desgracias.
El complejo al completo simboliza el Cielo y la Tierra y el papel del emperador como intermediario de los dos mundos. El pensamiento tradicional representaba el cielo como redondo, y la tierra, cuadrada, y esta oposición es recordada constantemente a lo largo del recinto.
El Templo del Cielo se compone de tres grupos de edificios principales alineados en un eje norte-sur, los cuales os presento a continuación.
El Salón de la Oración por la Buena Cosecha
Con diferencia, el edificio que os muestra la primera imagen de esta entrada es el más famoso, hasta el punto que se le suele identificar como el Templo del Cielo en sí. En realidad es un edificio más del conjunto del templo, y se llama el Salón de la Oración por la Buena Cosecha. Está situado dentro de un pabellón cuadrado del mismo nombre. A continuación os presento una vista aérea de dicho pabellón con el Salón de la Oración en el centro, situados en el extremo norte del complejo del templo. Se trata de un pequeño vídeo en que podemos apreciar cómo las formas redonda y cuadrada nos indican qué edificios son sagrados y "celestiales" y cuáles son más funcionales y "terrenales":
El nombre y la forma actuales del Salón de la Oración por la Buena Cosecha datan en realidad de 1751, cuando fue erigido en sustitución de edificios anteriores de distintas formas pero con la misma función. Está construido sobre tres terrazas de mármol blanco en forma de anillos concéntricos, llamadas conjuntamente el Altar del Dios del Grano. El edificio en sí es también circular, al igual que su triple tejado recubierto de tejas azules, rematado por un penacho en forma de bola de oro.
La fachada y el interior están repletos de decoraciones. De hecho, los dirigentes de la dinastía Qing, de origen manchú y no chino, apreciaban mucho la decoración excesiva, colorida y abigarrada para sus edificios oficiales, algo que los chinos de la antigüedad consideraban de muy mal gusto. Sin embargo, si lo juzgamos desde nuestro gusto estético occidental, muchos diríamos que estaban equivocados:
El triple tejado del Salón de Oración para la Buena Cosecha representa la bóveda celeste. Las tejas que lo recubren, así como a los techos de muchos de los edificios rituales del templo, son azules por el color del cielo. Sobre las tejas, me gustaría comentar de pasada que son de una variedad especial de tradición milenaria en China: son tejas de cerámica glaseada. En otra entrada me gustaría hablar sobre su historia, su técnica de construcción y el simbolismo de sus colores, pero ahora me limitaré a mostraros su belleza, admirable en el Templo del Cielo:
La estructura del edificio es de madera maciza, ensamblada sin un sólo clavo. Está sostenida por 28 pilares centrales, y otros 28 marginales, todos visibles desde el interior:
- los 4 más gordos, en el centro, representan las 4 estaciones
- los 12 circundantes simbolizan los 12 meses del año
- otros 12 simbolizan las 12 subdivisiones de una jornada
- finalmente, los 28 pilares marginales simbolizan las 28 constelaciones
Interior del Salón (no abierto al público, pero visible desde el exterior):
El pabellón tiene dos anexos en forma de edificios cuadrados. El anexo Este, que antiguamente guardaba las tablillas divinas, está hoy consagrado a una exposición de instrumentos de música china antiguos.
Saliendo por la puerta sur del pabellón nos encontramos sobre el puente de Dan Bi (丹陛桥), una gran carretera que atraviesa de sur a norte el templo, y que es llamada puente porque en un tramo pasa un túnel por debajo suyo. Todos los recintos que encontramos en su recorrido tienen tres puertas de entrada y de salida. Durante las ceremonias, la puerta este se reservaba al emperador, la puerta oeste era utilizada por los oficiales, y la puerta del centro estaba (y está) siempre cerrada porque estaba reservada a las divinidades.
Esta carretera se eleva casi imperceptiblemente desde su extremo sur hasta el pabellón norte, como representando una ascensión al cielo. Si tomamos la dirección contraria, llegamos a la parte sur del templo, con el recinto de la Bóveda Imperial del Cielo a medio camino.
La Bóveda Imperial del Cielo
Este edificio es similar en construcción al Salón de la Oración, pero es mucho más pequeño y sencillo. Se alza sobre una única terraza de mármol blanco, y tiene un solo tejado. Está rodeado por un muro que forma una circunferencia, llamado Muro del Eco, a causa de sus excelentes propiedades acústicas: un murmullo en un extremo del recinto puede oírse en el otro lado. También dentro se hallan dos pequeños anexos donde se guardaban tablillas divinas.
El Altar Circular, o Altar al Cielo
Nada más salir del recinto de la Bóveda Imperial hacia el sur, nos topamos con esta construcción que, aunque no sea la más espectacular, puede decirse que era la más importante en las ceremonias de oración al Cielo. Aquí el emperador llevaba a cabo sus rezos al Cielo en el solsticio de invierno, y hacía ofrendas. Se trata únicamente de un altar de tres terrazas circulares de mármol blanco que se eleva 5 metros, similar al que sostiene el Salón de la Oración, y está rodeado por dos muros, uno circular y otro cuadrado.
La construcción entera está cargada de simbolismo:
- Toda ella gira entorno al número 9, el dígito de número más alto.
- En el centro de la terraza más alta se halla la Piedra del Centro Celestial, de la que se dice que otorga una voz resonante a quién esté posado encima de ella. Le rodea un primer anillo de 9 losas de mármol idénticas. El segundo anillo tiene 18 losas, el tercero 27, y así hasta completar 9 anillos y 81 losas en la terraza superior, y 3.402 losas en toda la construcción.
- Las balaustradas que rodean cada terraza también siguen los múltiplos de nueve.
- Las balustradas tienen 360 pilares de piedra, simbolizando los 360 días del antiguo calendario lunar chino.
Esta obsesión numerológica por el nueve (y también por el tres) puede encontrarse de hecho a lo largo de todo el Templo del Cielo. Como os habréis fijado, también ocurre lo mismo con las formas circulares y cuadradas. Es más, los límites del parque del templo muestran dos ángulos rectos en el extremo sur, y esquinas redondeadas en el extremo norte.
Otros edificios y elementos
Al oeste del parque podemos encontrar el Palacio del Ayuno, donde el Emperador residía y ayunaba durante su estancia en el templo. Tiene forma cuadrada, tejas glaseadas verdes, y está rodeado por un gran foso.
Al noreste del parque se hayan las 8 Piedras Celestiales, talladas en forma de montañas, y que simbolizan los 7 picos del monte sagrado Tai, y la identidad china (auto-percibida) de los gobernadores manchús.
El parque entero está repleto de antiguos pinos centenarios. Entre la red de caminos que los atraviesan, podemos encontrar numerosos corredores y pequeños pabellones, a menudo ocupados por grupos de músicos practicando, practicantes de Taiji y Qigong, o parejas de enamorados.
Otras fotos del Templo del Cielo
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Un saludo.
Carlos